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9.1.10

Décimas de Borrachos



Hace unos días mi buen cuate Frino publicó en su blog www.cortandorabanos.blogspot.com algunas décimas que nos echamos junto a unas cervezas. La cosa no quedó allí. Anexo un video y reproduzco su nota.

El aprendizaje de la retórica no es cosa fácil y hay que asegurarlo aún a través de los métodos más inesperados. Así que fui con mi buen amigo Trejo, hábil poeta del desierto, a un cultural recinto para darle una boleada al espíritu. En socrática borrachera, nos sorprendieron las musas saliendo de la pulquería y que se arma la disertación sobre el futuro de la lírica nacional a decimazos. Como dispensa valga decir que estudios muy recientes de la EMRP demuestran que el curado de apio es el remedio más eficaz contra el virus de la H1 N1, (desbancando al Tamiflu), ya se preparan barricas del mexicano néctar para exportarlo en filantrópica acción humanitaria...



Trejo :

Raspo un envase de fanta

por moneditas de a peso,

es por no sentirme tieso

guapéale, Frino, ¡canta!

y si está el virus que espanta

me arrimaré el tapaboca

chicu, chichicu, que toca

la banda, y ya sin vergüenza

bailo en honor a la influenza.

te paso el güiro, te toca.




Frino:

Sigue sonando la orquesta

pero no encuentro al cantante

¿Estará, el sitio, vacante?

¿La plaza estará dispuesta?

Siempre quise, en una fiesta

echar mis versos a andar

como Sinatra cantar

disfrazado de pingüino

con una copa de vino

en el centro del lugar




Pero, aunque se sienta gacho

nuestra carrera es distinta

porque tenemos más pinta

para entretener borrachos

¡Poetas de populacho

échense una de Paquita!

El mundo no necesita

más divos con frac y guantes

eso -repito- era antes

y aunque es la verdad, me agüita.




Trejo:

¿En serio? a un grammy le tiro

¿Y me vienes a ubicar

con que Furia Musical

le viene más a mi güiro?

Yo por Beethoven me inspiro

y por las letras de Paz,

tres acordes por compás

y algunos versos sencillos

para hacer el estribillo

que a todos pone a bailar.





Es tan simple mi instrumento

cascarón de calabaza

que raspo y toda la raza

hace honor a mi talento.

Amigo, este es mi momento

voy directo al estrellato

no seré estrella de un rato

de eso estoy muy seguro

aplausos veo en mi futuro

con mi güiro y mi vibrato.





Frino:

Hablas con tal convicción

que ya me estás convenciendo

tu éxito va en crescendo

Cámara, luces y acción:

¡El Sinatra de Torreón

queda antes ustedes, señores!

te apuntan los reflectores

y el público te saluda…

sólo me queda una duda

¿cuándo harás versos mejores?





Porque el aplauso, mi hermano

es un instante de ruido

palmas chocando, sonido

que hace el pueblo con la mano,

oropel, destello vano

ratonera solipsista

pero aquí te va una pista

en la dirección correcta:

sólo la obra perfecta

calma la sed del artista




To be continued...

9.11.09

Qué hacer para ir al Infierno


Hace unos días tuve que ir a un lugar cercano al bosque Venustiano Carranza. Al salir, camino a mi troquita que estacioné cerca de los jugos, me detuvieron un par de muchachas de falda larga para hablarme de la palabra de dios, y de que estoy condenado a ir al infierno. Así de sopetón me lo dijeron (tuve que darle un largo sorbete a mi jugo de betabel con apio y limón). Motivado por mi falta de interés en esas cuestiones, les dije que tenía prisa porque me estaban esperando. Me preguntaron que si de verdad no me interesaba saber que estoy condenado al abismo. Respondí que no, que no me interesaba en ese momento pero que muchas gracias. De una bolsa que cargaban, sacaron la que sería su última carta en juego, un folletito para que lo leyera cuando tuviera oportunidad, ya que aún tenía tiempo de cambiar mi destino y no chamuscarme eternamente a lado de Hitler, Bush, Salinas, Cruella de Vil y Sergio Bueno.

Reproduzco el texto escrito en la contraportada del folleto. Dentro de éste, sólo se encuentra la palabra “Nada” como respuesta a la pregunta.

¿Qué hacer para ir al infierno? NADA! ¿Sorprendido?
No necesitamos hacer nada para ir al infierno porque ya lo hemos hecho. Delante de Dios, ya todos somos pecadores culpables. Lee Ezequiel 18:4

Hoy en día la mayoría de la gente no teme a Dios, porque no se dan cuenta de cuan horrenda cosa es el infierno. En el infierno solo hay gritos, lamentos y crujir de dientes! Lee Mateo 13:49 y 50.

Dios también dice que el humo del tormento de ellos ascenderá por siempre jamás. Lee Apocalipsis 14:10-11.

No pienses de que Dios es cruel al permitir que la gente vaya al infierno. La realidad es que El no quiere que nadie vaya allí. Es que la santidad y la justicia de Dios, demanda que el pecado sea castigado.

Tú no tienes que ir allí, porque Dios permitiá que Jesús cargase con tu castigo, tus sufrimientos y tus pecados sobre la cruz. Lee 1 Pedro 3:18 y Romanos 5:8.

Ahora, si tú le crees a Dios que Cristo pagó por tus pecados, y estás dispuesto a admitir que necesitas a Cristo, hazle saber en tu corazón a Dios, ahora mismo, de que tú aceptas al Señor Jesús como tu Salvador personal, y no irás al infierno.
Lee el evangelio de San Juan 1:12 y 5:24.



¿Un jugo natural antioxidante y salvarme de ir al infierno?, definitivamente era mi día para tomar la senda correcta. Lamentablemente mi vida sigue igual. Marlboro y Tecate lo agradecen. La iglesia bautista no puede decir lo mismo.

Dejo un par de décimas para la ocasión.


Hoy me pienso encarrilar

Al infierno es el destino
-Por mi culpa por mi culpa-
Hoy ofrezco mis disculpas,
Juro, seré un buen Bambino,
Ya me lo dijo hasta Frino:
Llegó el tiempo de cambiar,
Al salvador aceptar
Y dejarme ya de vicios,
Para librar bien el juicio.
Hoy me pienso encarrilar

Porque el chamuco está en todo
En las cumbias, en el rock,
Dicen, se encuentra en mi blog,
En la arena y en el lodo,
Hasta detrás de los codos.
Para él somos sus presas,
Seguro que te tropiezas
Como hicieron, Eva, Adán
Manzanas de Canatlán,
Satán les dio la sorpresa.

Trejo


Texto y fotografía de Trejo.

19.5.09

Mario Benedetti

Este domingo 17 de mayo, fallece el gran escritor uruguayo Mario Benedetti a sus 88 años de edad, dejando casi la misma cantidad en libros de novela, poesía, ensayos y cuentos, algunos de ellos traducidos en más de 20 idiomas.
Sirva como pésame el presente soneto.


Un escritor puede ser Dios

¿A dónde van los que han dejado todo
si el alma han fragmentado gota a gota?
Es triunfo lo creído una derrota,
mientras su nombre es bardo y Mario apodo.

¿A dónde irá, qué pista nos dejó?
Pienso en su verso: “en un árbol añoso
de oscuros cabeceos”. En reposo
se encuentra su coraza corazón.

La muerte es un silencio que se ocupa
para escuchar los gritos de los versos
de quien perdió la vida, no la voz.

Y cada libro forma un universo,
por eso el escritor puede ser Dios
que el cuerpo de Don Mario es el que ocupa.

(Trejo 18/05/2009)



Fotos tomadas de la web
Texto por Trejo

27.3.09

Quiero laurearme pero me encebollo


Estamos entre el día en que nace y en el que muere el gran poeta peruano Cesar Vallejo. Alguna vez leí que lo que hacía era poner una estupidez sobre otra estupidez, para luego llamarle poema. Este era en concepto que tenían algunos de sus contemporáneos; pero como en la típica historia de los pioneros, nadie da crédito a sus creaciones hasta pasado el tiempo ya.

La cuchara siempre meto, y no será esta vez la excepción, así que les va este soneto que escribí para la ocasión, y después de los catorce endecasílabos, transcribo una pequeña biografía que encontré en esta cosa del demonio llamada internet.


Cesar Vallejo


Llovió en Francia, también en el Perú,
el sollozo del cóndor de los andes.
Ayer murió un poeta de los grandes,
llegaron al panteón aves del sur

a ver la insignia en lápida caliza,
con enlutada tinta y fino esfero:
“Me moriré en Paris con aguacero,
con gárgaras de sangre y fresca risa”.

En Santiago de Chuco, su lugar,
garúa cae con trozos de papel:
son versos fragmentados de Vallejo,

hemistiquio, dos patrias, un espejo.
Y no sorprende al cóndor ver volar
en plena cumbre de la torre Eiffel


(Trejo 27/03/2009)


(Santiago de Chuco, 16 de marzo de 1892 - París, 15 de abril de 1938) Escritor peruano. César Vallejo es acaso una de las figuras de mayor relieve dentro del vanguardismo hispánico. De origen mestizo y provinciano, su familia pensó en dedicarlo al sacerdocio: era el menor de los once hermanos; este propósito familiar, acogido por él con ilusión en su infancia, explica la presencia en su poesía de abundante vocabulario bíblico y litúrgico, y no deja de tener relación con la obsesión del poeta ante el problema de la vida y de la muerte, que tiene un indudable fondo religioso.
Vallejo hizo los estudios de segunda enseñanza en el Colegio de San Nicolás (Huamachuco). En 1915, después de obtener el título de bachiller en letras, inició estudios de Filosofía y Letras en la Universidad de Trujillo y de Derecho en la Universidad de San Marcos (Lima), pero abandonó sus estudios para instalarse como maestro en Trujillo.
En 1918 César Vallejo publicó su primer poemario: Los heraldos negros, en el que son patentes las influencias modernistas, sobre todo de Julio Herrera y Reissig. Esta obra contiene, además, muestras de lo que será una constante en su obra: la solidaridad del poeta con los sufrimientos de los hombres, que se transforma en un grito de rebelión contra la sociedad.
Acusado injustamente de robo e incendio durante una revuelta popular (1920), César Vallejo pasó tres meses y medio en la cárcel, durante los cuales escribió otra de sus obras maestras, Trilce (1922), que supone la ruptura definitiva con el modernismo y con el nacionalismo literario.
En 1923, tras publicar Escalas melografiadas y Fabla salvaje, César Vallejo marchó a París, donde conoció a Juan Gris y Vicente Huidobro, y fundó la revista Favorables París Poema (1926). En 1928 y 1929 visitó Moscú y conoció a Maiakovski, y en 1930 viajó a España, donde apareció la segunda edición de Trilce. De 1931 son su novela Tungsteno y el cuento de Paco Yunque, y un nuevo viaje a Rusia. En 1932 escribió la obra de teatro Lock-out y se afilió al Partido Comunista Español. Regresó a París, donde vivió en la clandestinidad, y donde, tras estallar la guerra civil, reunió fondos para la causa republicana.
Entre sus otros escritos destaca la obra de teatro Moscú contra Moscú, titulada posteriormente Entre las dos orillas corre el río. Póstumamente aparecieron Poemas humanos (1939) y España, aparta de mí este cáliz (1940), conmovedora visión de la guerra de España y expresión de su madurez poética. Contra el secreto profesional y El arte y la revolución, escritos en 1930-1932, aparecieron en 1973.

Transcribo este soneto del cóndor parisino.


Quiero escribir y me sale espuma

Quiero escribir pero me sale espuma.
Quiero decir muchísimo y me atollo;
no hay cifra hablada que no sea suma,
no hay pirámide escrita sin cogollo.

Quiero escribir pero me siento puma;
quiero laurearme, pero me encebollo.
No hay voz hablada que no llegue a bruma,
no hay dios, ni hijo de dios, sin desarrollo.

Vámonos, pues, por eso, a comer hierba,
carne de llanto, fruta de gemido,
nuestra alma melancólica en conserva.

¡Vámonos, vámonos! Estoy herido;
vámonos a beber lo ya bebido,
vámonos, cuervo, a fecundar tu cuerva.

Cesar Vallejo

9.2.09

La moral: un laberinto de sensaciones.


Por Salvador Sáenz



Hace poco vi dos películas en el cine que me provocaron un debate interno acerca de hasta qué punto el Hombre puede autoengañarse al vivir sumergido en las profundidades de un mundo moralmente correcto. Se presentan en ellas dos situaciones. Pongan, pues, ustedes atención: Un hombre tiene un romance con una mujer. Parecen ser la pareja perfecta. Se aman. Son, de manera simultánea, el amor de sus vidas; pero una chica se interpone en la relación. Con mentiras, con malos entendidos, “la mala del cuento” provoca que la pareja tenga un rompimiento. Pasan los años, cada quien hace su vida y consiguen nuevos amores: el hombre se compromete con una joven estudiante y la mujer hace planes para irse a vivir con el chico en turno a la bella ciudad de Paris. Todos felices hasta aquí. Hasta que por obra del destino (dirían los románticos), los exnovios se reencuentran. Con ello surgen también los antiguos calores corporales, las viejas sensaciones, los recuerdos punzantes que cosquillean el alma. Saben en el fondo que siguen amándose. Aunado a ello, la chica que se había interpuesto entre ellos les confiesa, en un arrebato de culpabilidad, que ella lo había provocado todo, su rompimiento y mortal desilusión. La antigua pareja, asimilando esta tremenda revelación, al ver el grave error en el que habían caído, deciden volver, importándoles poco, o más bien nada, que a sus respectivos amores se los llevara la fregada. Es aquí donde me entra el dilema. ¿Qué podían haber hecho? ¿Seguir con sus vidas como si nada hubiera ocurrido? ¿Dejarse llevar por el cauce natural de las cosas? ¿Qué es lo correcto aquí, moralmente hablando? ¿Hacerle caso a lo que dicta el corazón? ¿O hacerle caso a los libros que hablan acerca del bien y el mal? ¿Qué es más malo?: ¿Darles una patada en el trasero a sus respectivas parejas para volver ellos, o cercenar de tajo sus propias pasiones para seguir en la estabilidad de sus actuales compromisos? Yo aún no lo sé. Quizá todos haríamos lo que efectivamente terminaron haciendo, pero mi pregunta no era esa, sino la otra ya planteada con diferentes matices.
En fin. En la otra película se plantea lo siguiente: En un terrible accidente de carros mueren siete personas. El hombre que manejaba uno de los coches (y que provocó la colisión al contestar un mensaje en su celular) misteriosamente sobrevive. Pero de ahora en adelante, la culpa no lo dejará vivir en paz. Después de una bien elaborada trama, descubrimos que este tipo, para compensar el acontecimiento desafortunado, habrá de escoger a siete buenas almas (en este mundo despiadado) para regalarles algo de sí, no sólo dinero o apoyo moral, sino que, ¡agárrense!, planea quitarse su propia vida para donarles sus órganos. Aquí es donde me entra el dilema otra vez. ¿Puede hacer uno cosas buenas con cosas malas? ¿Puede uno hacer con su vida lo que le plazca al grado de regalar a los demás sus órganos en el momento en que uno lo determine, aún a costa de la propia vida? ¿Qué no el suicidio es considerado en muchas culturas como algo malo? ¿Quién determina qué pagos o qué castigos debemos cumplir para enmendar los daños que hemos provocado en el pasado? ¿Existe un catálogo certero que indique los pasos que debemos seguir para sanar nuestras almas? ¿Puede uno pasarse la vida haciendo el bien sin contradecirse? ¿Se pueden equilibrar perfectamente nuestras acciones de manera que lo que hagamos resulte bueno siempre? ¿Puede uno, en medio de un laberinto de sensaciones, vivir sumergido en las profundidades de mundo moralmente correcto?
Yo no lo sé. De ahí que les preguntara.

3.2.09

Vicente Espinel


Vicente Gómez Martínez-Espinel (Ronda [Málaga, España], 28 de diciembre de 1550 - Madrid [España], 4 de febrero de 1624) fue un escritor y músico español del Siglo de Oro. A partir de sus Diversas rimas de 1591, transformó la estructura de la décima, estrofa conocida también como espinela en su homenaje. En la música se hizo famoso por dar a la guitarra su quinta cuerda (mi agudo o prima).

Espinel tuvo como discípulo a Lope de Vega. Fue amigo de Cervantes, de Luis de Góngora y de Quevedo.


Escribo un par de Espinelas para el poeta y músico.


Espinelas para Espinel

Gracias, Vicente Espinel,
te debemos la escritura;
inventor de la estructura,
de las letras Graham Bell.
Les confieso que sin él,
no empezaba otra quintilla;
como Adán dio su costilla.
De las letras la rayuela
fue la décima espinela,
no la tilden de sencilla.

No sólo en Diversas rimas
al señor se le recuerda;
a la guitarra una cuerda
le agregó, llamada prima.
Hoy estás allá en la cima,
del que fuera el siglo de oro,
por eso te condecoro;
con permiso a tu estructura
para usarla de envoltura
del regalo que es el foro.

(Trejo 03/febrero/2009)


Hijo de Francisco Gómez, que procedía de Santillana, en Asturias, y de su legítima esposa Juana Martínez, estudió sus primeras letras y música en Ronda con el bachiller Juan Cansino y se matriculó en la Universidad de Salamanca, donde aparece registrado los cursos de 1571 y 1572 con el nombre de Vicente Martínez Espinel, tomando el segundo apellido de su padre. Se sostuvo dando clases de canto, "antes dadas que pagadas", y contempló el proceso inquisitorial contra fray Luis de León. Volvió a su tierra, como él mismo confiesa, "caminando a la apostólica". En ese mismo año de 1572 unos tíos suyos le concedieron una capellanía que habían fundado, por consejo del trinitario fray Rodrigo de Arce. Con el favor de este religioso pudo volver a Salamanca, donde se hizo amigo de personajes tan importantes como Luis de Vargas, Manrique, los dos Argensolas, Pedro Liñán de Riaza, Marco Antonio de la Vega, Luis de Góngora, Luis Gálvez de Montalvo y otros muchos más, y su música le abrió las puertas de los palacios del marqués de Tarifa, de los Alba y los Girones. Asistió a la casa de la noble señora doña Agustina de Torres, con quien se reunían los mejores músicos de entonces: Matute, Lara, Julio, Castilla etcétera. Vivió algún tiempo en Zaragoza con Lupercio y Bartolomé Leonardo de Argensola. Intentó entonces la carrera militar y fue soldado y, en Valladolid, de 1574 a 1577, fue escudero de Pedro de Castro, Conde de Lemos; estuvo a punto de acompañarlo cuando éste marchó junto al rey don Sebastián a la infausta campaña de África que terminó con la batalla de Alcazarquivir; pero se quedó en Sevilla viviendo con disipación entre lupanares y figones, acompañado de su inseparable guitarra. Esa vida disipada y bastante al margen de la ley hizo que el marqués de Algaba, que por entonces le protegía, le retirara esa protección y Espinel tuvo entonces que esconderse de la justicia y se acogió a sagrado.
El marqués de Denia le sacó de allí y le mandó a Italia para servir al Duque de Medina-Sidonia Alonso Pérez de Guzmán, nombrado para gobernar Milán; pero le apresaron los corsarios berberiscos y estuvo esclavizado en Argel hasta que le sacaron de allí los genoveses; desembarcó en Génova en 1573 y poco después marchó a Flandes, yendo a parar al ejército de Alejandro Farnesio cuando se aprestaba al asalto de Mastrique. Allí encontró a su tío Hernando de Toledo, a quien dirigió una bellísima Égloga que canta sus amores con doña Antonia de Calatayud en Salamanca y Sevilla. Volvió a Milán con Octavio de Gonzaga y durante tres años recorrió toda la Lombardía, ya como soldado, ya como músico de la casa de don Antonio de Londoño. Hastiado del oficio de la pica y cansado de su vida transeúnte, obtuvo un beneficio en Roma (1587), donde le apreciaron ser "buen latino y buen cantor de canto llano". Murieron sus padres y volvió a España desembarcando en Málaga, donde era obispo su amigo Francisco Pacheco de Córdoba. Por entonces escribió su «Canción a su patria» y la Epístola al obispo malagueño, poemas de arrepentimiento por su revuelta vida que le hicieron ganar el derecho a ordenarse sacerdote. Marchó a Madrid con esa idea, y lo hizo efectivamente en 1589, el mismo año en que retoma sus estudios, estudiando moral en Ronda, cantando misa en Málaga y logrando un beneficio en esta ciudad; se gradúa en Granada de Bachiller en Artes en 1589. En 1591 puso un sustituto en la capellanía del Hospital Real de Santa Bárbara en Ronda y marchó a Madrid, donde en ese mismo año publica sus Rimas, que había censurado en 1587 Alonso de Ercilla, quien las alabó como "de las mejores de España". En 1596 le quitaron su beneficio a causa de su conducta y vida desarregladas en la Corte. En 1599 se gradúa como Maestro de Artes en la Universidad de Alcalá y toma posesión como capellán del Obispo de Plasencia en Madrid, puesto que don Fadrique Vargas Manrique le tenía reservado con 30.000 maravedíes anuales de emolumentos y el cargo aparejado de maestro de música, con 12.000 maravedíes más, cargos en los que estuvo hasta su muerte. En Madrid, fuera de pertenecer a la famosa cofradía de escritores e intelectuales del Santísimo Sacramento, perteneció a la Academia Poética que protegía Félix Arias Girón, y acudió al certamen literario organizado en 1622 con motivo de la canonización de San Isidro. Era un escritor y músico muy respetado: Cervantes, Lope de Vega, etcétera lo admiraban. Murió en Madrid el 4 de Febrero de 1624 siendo Capellán Mayor y maestro de música de la capilla del Obispo de Plasencia, y está enterrado en la bóveda de la parroquia de San Andrés.



Publicó en 1591 una compilación de su obra poética, el ya citado volumen Diversas rimas. El libro recorre (a ello responde el título) casi toda la métrica de entonces, ensayando todas las estrofas posibles, incluida la llamada décima, en una modalidad especial denominada, en homenaje al propio autor, considerado su inventor, décima espinela o espinela simplemente; consiste en una agrupación de dos quintillas con esta estructura fija: abbaaccddc. Samuel Gili Gaya (1892-1976), gran estudioso del autor, explicó que no fue el primero en usar esa combinación (ya lo hicieron Juan de Mal Lara y otros); "lo que hizo fue perfeccionarla, dotándola de unidad y ligereza; su prestigio contribuyó a divulgarla y a ponerla de moda". Como humanista tradujo, además, la Epistola ad Pisones de Horacio, más conocida como Arte poética.
Sin embargo, se encuentran poemas sueltos suyos dispersos en otras obras, siguiendo la movida trayectoria del autor. Hay algunas tempranas en el Cancionero de López Maldonado (1586) o en las Flores de poetas ilustres de Pedro Espinosa; otras alaban libros, como el Guzmán de Alfarache de Mateo Alemán (1599), el Peregrino indiano de Saavedra Guzmán, el Modo de pelear a la jineta de Simón de Villalobos y otras obras de Gaspar de Villagrá, Gonzalo Céspedes y Meneses, fray Hernando de Camargo, Pérez del Barrio etcétera... Censuró, asimismo, más de ochenta libros; en efecto, parecer ser que fue una persona sumamente amable y accesible, abierta con todo el mundo.
El editor Juan de la Cuesta publicó en 1618 su novela picaresca, provista de muchos elementos autobiográficos, Relaciones de la vida del escudero Marcos de Obregón. Al momento y en ese mismo año se imprimieron dos ediciones piratas en Barcelona, las de Jerónimo Margarit y Sebastián de Cormellas, y aun se hizo una traducción al francés también en ese año por parte de Vital de Audiguier, señor de la Menor (Povergue) (París: Petitpas), edición que más tarde inspirará el Gil Blas de Santillana de Alain René Lesage. Todavía se reimprimió en España dos veces más el libro: Pedro Gómez de Pastrana costeó en Sevilla en 1641, y la quinta, de 1657, fue dedicada en Madrid por el impresor Gregorio Rodríguez al Sr. D. Juan Bautista Berardo, Tesorero general del Real Consejo de las Indias. Se trata de una narración más ágil que la de Mateo Alemán y, si bien no prescinde el autor de moralizar, lo hace de forma que no enfada ni empalaga como el sevillano. La versión inglesa fue realizada por Algernon Langton (Londres, 1816), la alemana la hizo Ludwig von Tieck (Breslau, 1827). En España se reimprimió más veces: 1744, 1804, 1863, 1868, 1881 (de J. Pérez de Guzmán); 1922 (edición de Samuel Gili Gaya), 1944 (de Valbuena, para Madrid: Aguilar) etcétera.



Espinel tuvo entre sus discípulos a Lope de Vega, quien siempre tuvo palabras de elogio para él, ya sea por ejemplo en El laurel de Apolo, donde le llama "único poeta latino y castellano de estos tiempos", o en el prólogo a La viuda valenciana, donde le llama "padre de la música"; le dedicó un soneto y la comedia El caballero de Illescas (1602). Fue también amigo de Cervantes, quien lo menciona en el Canto de Calíope, así como de Góngora (cuyas poesías contribuyó a publicar) y Quevedo. Como músico se le atribuye el haber añadido una quinta cuerda a la vihuela, pero eso es discutible, ya que Bermudo, en 1544, menciona ya la guitarra de cinco cuerdas.

Biografía tomada de Wikipedia

31.1.09

7 Sonetos Capitales

Relatos de viaje (3 de 7)


Madrid

La mesa puesta, fermento de vid;
Pan con tomate, alubias y cocido.
El gusto no engañó, ni tiró al olvido;
Me siento en casa, ya estoy en Madrid.

Aquí en Antón martín es donde elijo
Tomar una cerveza a mi llegada,
Si bien, vengo de tierras tan soñadas,
Para su gente soy como un buen hijo.

De trago en trago, versos de lingote,
“Pongamos que hablo de Madrid” canté
Abrazado a la estatua del Quijote.

Al sol de la mañana desperté
Apresado por loco tras barrotes,
De compañero hidalgo deserté.


Texto y fotografía por Trejo
"Maple en mirador de Madrid"

23.1.09

Entre Sabina, Obama y Bush



Transcribo este par de sonetos del maestro Joaquin Sabina. Uno para Bush y otro para Obama.








So long Mr. Bush

Al criminal de guerra analfabeto
apóstol de un Yahvé paleocristiano
tan bastardo, tan mal samaritano,
peor que el otro Bush y más paleto,

cuyo programa cabe en un panfleto,
guantanamero, vil, burdo, tejano,
con futuro en la fragua de Vulcano,
da vergüenza ripiarle este soneto.

Caín de la batalla más cobarde,
el banquillo en La Haya está que arde
esperando que baje lo que sube.

Que se vaya al infierno en buena hora
el necio que desprecia cuanto ignora
con b de burro en vez de doble uve.



Wellcome Mr. Obama

Defraudará como defraudan todos
los que ciñen laureles y coronas,
pero otros aires traen otras personas
y no es lo mismo Hollywood que el Nodo.

Por fin la lista de los reyes Godos
se viste de un color que desentona,
yes, we can, grita Springsteen y Madonna
cultivando gardenias en el lodo.

Y así, mientras los perros y los gatos
desnudos, con los ojos como platos,
le piden un milagro a san Obama,

los parias, los ateos, los maricones,
jugamos a no hacernos ilusiones
por si termina la comedia en drama.

12.11.08

La Décima Musa

En su cumpleaños número 360


Soneto a Sor Juana



Qué he de decirte yo, si ante tu rima,
si ante tus versos queda voz obtusa;
Fénix de América, décima musa,
poetisa de la Nueva España prima.

Entre corbata y hábito te viste,
el siglo condenaba tu talento,
intelectual, pensante; lleva el viento
palabras del vocablo con que embistes.

Tu Imagen tornasol saltó del clero,
justicia el tiempo brinda a los brillantes,
pues la defensa siempre fue tu esfero.

Por esa ruda voz, pero elegante,
no me acuses de ser un lisonjero,
si de ti sueño ser un gran amante.



Trejo 12/11/2008



Sor Juana Inés de la Cruz

(Datos biográficos)


Máxima figura de las letras mexicanas, Sor Juana Inés de la Cruz nació en la hacienda de San Miguel Nepantla, Estado de México el 12 de noviembre de 1648. Su nombre, antes de tomar el hábito, fue Juana de Asbaje y Ramírez ya que fue hija natural de la criolla Isabel Ramírez de Santillana y el vizcaíno Pedro Manuel de Asbaje.Se crió con su abuelo materno Pedro Ramírez, en la cercana hacienda de Panoayan. Su genio se manifestó desde temprana edad: habiendo estudiado apenas las primeras letras en Amecameca, a los tres años ya sabía leer, a los siete pedía que la mandaran a estudiar a la Universidad y a los ocho escribió una loa para la fiesta de Corpus.

En 1656, a la muerte de su abuelo, su madre la envió a la capital a vivir a la casa de su hermana, María Ramírez, esposa del acaudalado Juan de Mata, donde Juana estudió latín “en veinte lecciones” con el bachiller Martín de Olivas, bastándole solamente esas pocas para dominar esta lengua, cosa que se demuestra en la maestría de varias de sus obras, sobre todo en los villancicos, que contienen versos latinos.

Según ella misma cuenta en su Carta respuesta a Sor Filotea de la Cruzleía, estudiaba mucho, y era tal su obstinación por aprender que llegó a recurrir al método autocoercitivo de cortarse el cabello para poner como plazo que le volviera a crecer, para haber aprendido ya algo que deseaba. Juana leyó mucho durante toda su vida tanto autores clásicos romanos y griegos como españoles.

En 1664 Juana ingresó a la corte como dama de compañía de la virreina, Leonor María Carreto, marquesa de Mancera, a la que dedicó algunos sonetos con el nombre de Laura. El virrey, admirado de su curiosidad científica y de su sapiencia, hizo reunir a cuarenta letrados de todas facultades para someterla a un examen sin igual del cual, por supuesto, salió triunfante, dejando admirados a los sabios por haber contestado con sabiduría toda pregunta, argumento y réplica que estos le hicieran.


Harta de la vida cortesana y sin muchas opciones por delante, decidió entrar a un convento porque, según ella misma dice, “para la total negación que tenía al matrimonio era lo más decente que podía elegir en materia de la seguridad de mi salvación”. Primero entró al convento de San José de las Carmelitas Descalzas en 1667 pero salió de ahí a los tres meses, por la severidad de la regla y el rigor de la orden. Después ingresó a la mucho más flexible orden de las jerónimas, en el convento de Santa Paula, donde por fin profesó el 24 de febrero de 1669.

En el convento, donde vivió lo que le quedaba de vida, hizo oficios de contadora y archivista pero, más que nada, se dedicó al estudio y a la escritura. Dentro de su celda - que era individual y espaciosa- llegó a poseer más de 4,000 volúmenes, instrumentos musicales, mapas y aparatos de medición y a tener conocimientos profundos en astronomía, matemáticas, lengua, filosofía, mitología, historia, teología, música y pintura, por citar solamente algunas de sus disciplinas favoritas.

Famosa, aun dentro del claustro, constantemente era llamada para escribir obras por encargo: en 1689 se le encargó hacer el Arco Triunfal a la llegada a la capital de los Marqueses de la Laguna y Condes de Paredes, obra que concluyó con éxito y que tituló Neptuno Alegórico.

Tres años después ganó dos premios en el certamen universitario del Triunfo Parténico y constantemente se le encargaban villancicos para las festividades religiosas, además de la importante cantidad de sonetos, rondillas, décimas, silvas y liras que constantemente componía.

El primer libro publicado por Sor Juana fue Inundación Castálida, que reunió una buena parte de su obra poética y fue publicada en Madrid, antes que en la Nueva España.

Durante mucho tiempo, Sor Juana no tuvo mayores problemas en su vida conventual hasta que, como lo afirma Octavio Paz, escribió “una carta de más”. Esa misiva se publicó con el largo título de Carta a tenagórica de la madre Juana Inés de la Cruz, religiosa profesa de velo y coro en el muy religioso convento de San Jerónimo que imprime y dedica a la misma Sor Filotea de la Cruz, su estudiosa aficionada en el convento de la Santísima Trinidad de la Puebla de los Ángeles, y era una crítica a un sermón del jesuita portugués Antonio de Vieyra, muy afamado teólogo de la época.

Esta crítica tuvo nefastas consecuencias aun cuando su publicación corrió a cargo de la citada sor Filotea, que no era otro que el obispo de Puebla, Fernández de Santa Cruz, que, finalmente, termina por reconvenirla y aconsejarle que se dedique a asuntos menos profanos y más santos. Todo el asunto terminó en que Sor Juana fue obligada a deshacerse de su biblioteca, sus instrumentos musicales y matemáticos y obligada a dedicarse exclusivamente al convento.

Sor Juana murió el 17 de abril de 1695 contagiada de la epidemia que azotó al convento de Santa Paula.

Entre su vasta obra poética se destaca el Primero Sueño una silva descriptivo- filosófica de unos mil versos y que continúa la tradición de los sueños de ascensión del alma en busca de la suprema verdad, Dios o el supremo conocimiento.

Entre sus obras se cuentan, para el teatro, tres autos sacramentales: El cetro de José, El mártir del sacramento y El divino Narciso; dos comedias: Los empeños de una casa y Amor es más laberinto.; en prosa Explicación del arco, Razón de la fábrica alegórica y aplicación del la fábula, las meditaciones del Rosario y la Encarnación, además de varios opúsculos y manuscritos hoy extraviados como El equilibrio moral y un tratado de música, El caracol. Al morir se editó el tomo que recopiló sus obras, Fama y obras póstumas.

Las aportaciones de Sor Juana al mundo de la cultura siguen siendo inestimables. Su presencia en el arte parece acrecentarse a medida que se le estudia, habida cuenta de que nada le fue ajeno.

Al igual que la música, la pintura, la escultura barrocas, sus trabajos literarios corresponden a la grandeza de la arquitectura novohispana y son el mejor ejemplo, no sólo del arte de la colonia sino de todo el arte mexicano.


Biografía tomada de "Los Poetas"

29.10.08

Día de los Muertos


C a l a v e r i t a s



Calentamiento Global


Tenía del traste el mango
tomado la calavera
ni invierno ni primavera
esto parece un comal
la huesuda nos espera
porque nos portamos mal
y nadie se salvará
de bailar con la más fea
sobre las brasas un tango
calentamiento global.



Tabaco



Ni de sorpresa ni susto
me tomará la calaca
tengo listas mis petacas
le estoy regalando el gusto
con mi cigarro en la boca
le hago más corta la espera
ella no dice a quién toca
los fumadores se inscriben
no por fama es calavera
que los chacuacos reciben.



Borracho



Toma un tequila en la barra
uno doble y otro más
a los que llevan guitarra
los catarros de aguarrás
compadre se hace la flaca
de parranda amanecida
a ellos ayuda y empaca
su maleta de partida
a la fiesta sin resaca
que es pachanga de por vida.



Senado



La parca se apareció
en la sesión del senado
vengo por todos, gritó
porque muy mal han actuado
blancas palomas no existen
en el burdel de chanates
digan la neta, no hay fianza
esperaré a que se alisten
vamos entrando en confianza
pues desde hoy son mis cuates


Trejo 29/10/2008

4.8.08

Julian Beever

"El artista que abre puertas a otras dimensiones"




En cualquier calle de cualquier parte del mundo, el artista británico deja sus obras en el suelo para encanto de los peatones.

Julian Beever es un artista que utiliza el anamorfismo, que es un efecto perspectivo utilizado en arte y basado en la distorsión del elemento representado para forzar al observador a un determinado punto de vista desde el que el elemento cobra una forma proporcionada y clara, logrando así dibujos en tercera dimensión.



No es un lienzo en el que pinta, ni una hoja de papel, sus dibujos están hechos con tizas de colores sobre el pavimento o sobre las paredes de cualquier parte, abriendo puertas a otros mundos.



Gracias a su talento, a hecho trabajos para campañas publicitarias a empresas importantes como Coca Cola.

Hoy, gracias al Internet, no necesitamos estar en alguna ciudad de Europa para ver las obras de este talentoso artista, en esta página, que es su sitio oficial, pueden apreciar más fotografías de sus asombrosos dibujos.

28.7.08

Salvador Novo


"Renovador de nuestra literatura"


Nació en la ciudad de México el 30 de julio de 1904. (Muere el 13 de enero de 1974)

Es considerado como uno de lo principales renovadores de nuestra literatura.
Fue fundador de la revista “Contemporáneos” en 1928 en la cual se publicaban las innovaciones de arte y cultura de la sociedad mexicana de la primer mitad del siglo XX; escritores como Xavier Villaurrutia, quien fuera su compañero, Carlos Pellicer, José Gorostiza, Jaime Torres Bodet, Enrique González Rojo, y otros, conformaban el grupo “Los Contemporáneos”, llamados así por el nombre de ésta misma.

Su poesía se encuentra en: XX poemas (1925), Nuevo amor (1933), Espejo (1933), Seamen Rhymes (1934), Décimas en el mar (1934), Romance de Angelillo y Adela (1934), Poemas proletarios (1934), Never ever (1934), Un poema (1937), Poesías escogidas (1938), Dueño mío. Cuatro sonetos inéditos (1944), Decimos: "Nuestra tierra" (1944), Florido laude (1945), Dieciocho sonetos (1955), Poesía 1915-1955 (incluye Poemas de infancia, 1955), Sátira (1955) y Poesía (l961).

El controvertido poeta, Salvador Novo, se desempeñó además como cronista, ensayista, dramaturgo, e historiador, cultivando brillantemente la prosa ensayística y el teatro.
Sus poemas ostentan la burla al sentimiento modernista, muestran de manera ingeniosa, su concepción de la historia nacional con ojo crítico y sin callarse nada. Es asombrosa la modernidad de sus recursos y de sus temas.


Sin duda, Salvador Novo, es de los personajes que más aportaron a la literatura mexicana.

A continuación, reproduzco un poema de “Nuevo amor”, que fue el primer libro completo de poesía de un autor mexicano traducido al inglés (previamente al francés y portugués).





BREVE ROMANCE DE LA AUSENCIA

Único amor, ya tan mío
que va sazonando el Tiempo:
¡qué bien nos sabe la ausencia
cuando nos estorba el cuerpo!

Mis manos te han olvidado
pero mis ojos te vieron
y cuando es amargo el mundo
para mirarte los cierro.

No quiero encontrarte nunca,
que estás conmigo y no quiero
que despedace tu vida
lo que fabrica mi sueño.

Como un día me la diste
viva tu imagen poseo,
que a diario lavan mis ojos
con lágrimas tu recuerdo.

Otro se fue, que no tú,
amor que clama el silencio
si mis brazos y tu boca
con las palabras partieron.

Otro es éste, que no yo,
mudo, conforme y eterno
como este amor, ya tan mío
que irá conmigo muriendo.

(Salvador Novo)



Fuentes:
Poesía en movimiento. (1915-1966)
Diccionario de Escritores Hispanoamericanos del Siglo XVI al Siglo XX. Larousse (2003).

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